Sentía envidia y pesar
una niña que veía
que su abuela se ponía
en la garganta un collar.
- ¡Necia! -la abuela exclamó-.
¿Por qué me envidias así?
Este collar irá a ti
después que me muera yo-.
Mas la niña que aún no vela
con la ficción la codicia,
le pregunta sin malicia:
- Y ¿morirás pronto, abuela?
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