martes, 5 de abril de 2022

MEDITACIÓN MARTES V DE CUARESMA C (P. Damián Ramírez Lozano)

"¿Quién eres tú?" (Jn 8,21-30) 

Señor Jesús, ¿quién eres Tú? ¿Qué sé yo de Ti? ¿Qué tengo yo que ver contigo? ¿Qué tienes que ver Tú conmigo? ¿Qué lugar ocupas Tú en mi vida, a la hora de la verdad? Ahora que estamos llegando a Jerusalén, también yo me pregunto ¿quién eres? 

Señor Jesús, me gustaría que fueras un buen amigo, un buen compañero de camino, alguien en quien apoyarme y descargar mis debilidades y mis heridas. Me gustaría que fueras mi confidente y garante de mis secretos y mis anhelos más profundos. Me gustaría que siempre estuvieras cerca de mí, presente, atento... 

Señor Jesús, me gustaría que fueses siempre esa mirada colmada de ternura y misericordia. Me gustaría que fueses abrazo en el momento del desconsuelo y en los momentos de gozo y felicidad. Me gustaría saber que no me juzgas pero sí quieres que viva en verdad. Me gustaría verte en todos y en todos advertirte.

Señor Jesús, me gustaría poder responder a ese quién eres Tú, no tanto desde mis ideas, sino más bien desde mis entrañas. Me gustaría vivir enamorado de Ti. Me gustaría dar siempre la cara por Ti y por tu Reino. Me gustaría que fueras el Señor de mi vida, la razón, lo primero y lo mejor que me ha pasado. 

Señor Jesús, que en esta jornada me haga esta pregunta y pueda contestarla de muchas maneras. Que me ponga en tu presencia, que abrace la cruz y en ella consiga preguntarme y escucharte para poder confesar quién eres Tú para mí. 

Así te lo pido. Así sea. 


Lectura del santo evangelio según san Juan 8, 21-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros».
Y los judíos comentaban:
«¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?».
Y él les dijo:
«Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que Yo soy, moriréis en vuestros pecados».
Ellos le decían:
«¿Quién eres tú?».
Jesús les contestó:
«Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él».
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre.
Y entonces dijo Jesús:
«Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada».
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.


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