Gracias, Padre, por llenar de esperanza nuestro mundo de hoy, al anunciar por medio de santa María Eugenia de Jesús que la única liberación que transforma la sociedad la trae Jesucristo. Por la acción de tu Espíritu unifica nuestra mirada para que, como ella, unamos en un mismo amor contemplativo a Dios y a toda la humanidad. Y pues todo viene de Jesucristo, todo es de Jesucristo, todo es para Jesucristo, danos un gozoso desprendimiento al trabajar por el Reino de Dios y dar testimonio. Te lo pedimos en nombre de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por todos los siglos. Amén.
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