Señor Dios nuestro, derrama tu bendición sobre tu pueblo, riega abundantemente esta tierra que Tú creaste y que te debe todos sus frutos. Renueva en nuestro favor la bendición que una vez concediste a las lágrimas de san Heriberto y ayúdanos, como ayudaste a su pueblo afligido. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
San Heriberto, tan poderoso para ayudarnos en tiempos de sequía, ruega para que obtengamos la lluvia que tanto necesita la tierra. Amén.
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