Oh querido monje devoto, misionero y predicador, san Ruperto de Salzburgo, te pedimos que ruegues por todos nosotros y por la Iglesia para que, a pesar de las dificultades de la vida, nunca abandonemos nuestros esfuerzos por vivir según las enseñanzas de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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