Lectura del santo evangelio según san Marcos 12,1-12
“La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular” (Mc 12, 1-12)
Señor Jesús, así es: Tú eres la piedra que desecharon muchos arquitectos y que también nosotros no terminamos de apreciar muchas veces. Tú eres ahora la piedra angular, la que sostiene toda nuestra fe, nuestra Iglesia, nuestra comunidad, nuestras creencias y en la que nosotros tenemos depositados todos nuestros anhelos y esperanzas.
Señor Jesús, nos gustaría que siguieses siendo la piedra angular de nuestra vida, la razón, lo primero, lo mejor que nos pase, la garantía de que junto a Ti nuestra existencia tiene sentido y el fundamento de nuestra fe, a veces vacilante, otras un poco apagada y en ocasiones miedosa y avergonzada. Danos una fe que mueva montañas y detenga toda discordia, toda enemistad y toda guerra.
Señor Jesús, necesitamos una mañana más que seas la piedra angular de nuestra vida, de nuestro compromiso por la justicia, de nuestro ser buena nueva en medio de un mundo que se empeña en susurrarnos al oído que no es posible la fraternidad, ni la justicia, niños felicidad, ni la paz, ni la igualdad entre seres humanos. Sé Tú, una vez más, nuestro principal motivo para levantarnos, involucrarnos y ser el Evangelio de la alegría entre tanta mala noticia, entre tanta mentira y mediocridad, entre tanto dolor y sufrimiento, entre tanto sinsentido y vacío.
Señor Jesús, que no te desechemos. Enséñanos a reconocerte a la primera, danos esa sensibilidad que nos hace capaces de verte en todos. Estate cerca y, si puedes, devuelve la paz allí donde no la hay. Haznos cercanos y piedras vivas en la construcción de una civilización del encuentro, el amor verdadero y la paz.
Así te lo pido. Así sea.
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