Santa Vicenta, tú recibiste en la pura fe y en el abandono completo a la voluntad divina la misión que te ha unido a santa Bartolomea Capitanio. Ayúdanos a despojar nuestra fe de todo racionalismo para adquirir esa inteligencia de amor, esa fuerza de intuición y de laboriosidad, ese sentido de lo divino que nacen de un corazón proyectado con confianza en el misterio simple e infinito de Dios. Acompáñanos en los momentos difíciles, tú, la gran obediente que Dios ha exaltado. Amén.
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