Dios omnipotente y eterno, que nos has dado en la beata María Rafaela un modelo de amor a los enfermos y ancianos abandonados, haz que, siguiendo su ejemplo, reconozcamos en los pobres y marginados a tu Hijo y logremos servirles con el mismo amor y valentía con que ella les sirvió. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
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