Señor, quiero comenzar diciéndote gracias porque nunca me abandonaste, siempre estuviste, estás y estarás ahí, conmigo.
Gracias por la vida, perdona todo lo malo, que bien sabes que a veces hago cosas sin voluntad y otras veces de forma premeditada.
Cúbreme con tu Santo Espíritu. Cuida a los que amo y socorre a los que te necesitan.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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