Señor, colma de esperanza mi corazón y de dulzura mis labios.
Pon en mis ojos la luz que acaricia y purifica, en mis manos el gesto que perdona.
Dame valor para la lucha, compasión para las injurias, misericordia para la ingratitud y la injusticia.
Líbrame de la envidia y de la ambición mezquina, del odio y de la venganza.
Y que, al volver hoy nuevamente al calor de mi lecho pueda, en lo más íntimo de mi ser, sentirte a Ti presente. Amén,
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