viernes, 24 de mayo de 2019

VENGARSE CON BENEFICIOS

Francisco de Lorena, duque de Guisa, después de haber vencido a los calvinistas en la batalla de Dreux, asediaba Ruan, donde habían hecho la plaza de armas de su partido. Le llevaron uno de ellos que tenía los ojos espantados y parecía tener en la idea algún mal designio. El duque de Guisa lo interrogó. Este infeliz le confesó que había formado el proyecto de asesinarlo.
- ¿Qué mal te he hecho yo -le dijo el duque con bondad- para intentar quitarme la vida?
- Vos no me habéis hecho ninguno -le respondió el protestante- pero es porque sois el mayor enemigo de mi religión.
- Si tu religión -replicó el duque- te conduce a asesinarme, la mía quiere que yo te perdone. Después de esto juzga cuál de las dos es la mejor.
Le hizo dar un caballo y cien escudos y lo despidió.

Hay que hacer siempre el bien, y si es a un enemigo, doble gloria. 

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