Paz, Señor, en cada rincón de la tierra,
paz en las olas furiosas del mar,
en las fuerzas que mueven los suelos,
sembrando de angustia familias y hogar.
Paz, Señor, en cada rincón de las casas,
que vuelva el amor a reinar,
que se unan en torno a la mesa,
olvidando rencillas... y hablar.
Pan, Señor, para los que tienen hambre,
y consuelo en la enfermedad;
esperanza en todos aquellos que aspiran a la libertad;
compañía para tanta gente que solo convive con la soledad.
Cuántas cosas te pido, Dios mío:
solo Tú nos las podrás dar;
yo tan solo me pongo en tus manos
para ser mensajero de paz.
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