Alabado y glorificado seas, Dios Padre eterno, Dios de amor y misericordia, por tu inmenso amor. Quiero darte gracias por todas las bendiciones que has derramado sobre mi vida. Por el don de la vida, por el don de la salud, por el don de la familia, por enseñarme con ternura a ser hijo tuyo. Amén.
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