domingo, 5 de mayo de 2019

OFICIO DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN



A MAITINES

Ea, labios míos,
anunciad ahora
de la Virgen Madre
la perenne gloria.

V. Dígnate, Señora, acudir en mi ayuda.
R. Con tu poder libérame del poder de mis enemigos.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Aleluya.

HIMNO

Salve, Señora del mundo,
de tierra y de cielos Reina;
salve, Virgen entre vírgenes;
salve, matutina estrella.
Luz en quien Dios resplandece,
de gracia infalible llena,
ven presurosa, del mundo
a disipar las tinieblas.
Dios en su eterno consejo
te escogió para que fueras
Madre del Verbo Unigénito,
por quien hizo cielo y tierra
Y del Espíritu Santo
quiso que Esposa perfecta
fueras también, de la mancha
del culpable Adán exenta.

V. La escogió Dios desde el principio.
R. Le dio asiento y morada en su propio tabernáculo.
V. Dígnate, Señora, de oír mis preces.
R. Y lleguen a Ti mis clamores.

ORACIÓN

Santa María, Reina de los cielos, Madre de nuestro Señor Jesucristo y Señora del mundo: Tú, que jamás abandonas ni desatiendes a quien te implora, mírame, te ruego, Señora, con ojos misericordiosos, y alcánzame de tu amado Hijo el perdón de todas mis culpas. Acoge benigna este humilde obsequio de alabanza que ahora tributo a tu santa e inmaculada Concepción, para que por intercesión tuya pueda yo alcanzar la bienaventuranza de mano del propio fruto de tu vientre, nuestro Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en Trinidad perfecta, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

V. Dígnate, Señora, de oír mis preces.
R. Y lleguen a Ti mis clamores.
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
V. Por la misericordia de Dios descansen en paz las almas de los fieles difuntos.
R. Amén.

A PRIMA

V. Dígnate, Señora, de acudir en mi ayuda.
R. Con tu poder libérame del poder de mis enemigos.
V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Aleluya.

HIMNO

Salve, Virgen sapientísima,
rico alcázar que asentó,
para su propia morada,
en siete columnas Dios;
libre de todo contagio
de este valle de dolor,
Santa aún antes que engendrada
del seno que te nutrió;
Puerta de los Santos, Madre
del justo y del pecador,
de los Ángeles Señora,
nueva estrella de Jacob;
fuerte, guerrera, invencible
como apiñado escuadrón;
sé Tú del pueblo cristiano
puerto, refugio y amor. Amén.

V. La creó el mismo Dios en el Espíritu Santo.
R. Y la bosquejó en todas sus obras.
V. Dígnate, Señora, de oír mis preces.
R. Y lleguen a Ti mis clamores.

ORACIÓN

Santa María, Reina de los cielos, Madre de nuestro Señor Jesucristo y Señora del mundo: Tú, que jamás abandonas ni desatiendes a quien te implora, mírame, te ruego, Señora, con ojos misericordiosos, y alcánzame de tu amado Hijo el perdón de todas mis culpas. Acoge benigna este humilde obsequio de alabanza que ahora tributo a tu santa e inmaculada Concepción, para que por intercesión tuya pueda yo alcanzar la bienaventuranza de mano del propio fruto de tu vientre, nuestro Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en Trinidad perfecta, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

V. Dígnate, Señora, de oír mis preces.
R. Y lleguen a Ti mis clamores.
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
V. Por la misericordia de Dios descansen en paz las almas de los fieles difuntos.
R. Amén.

A TERCIA

V. Dígnate, Señora, acudir en mi ayuda.
R. Con tu poder libérame del poder de mis enemigos.

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Aleluya.

HIMNO

Salve, Trono salomónico,
arca de eterna alianza,
iris que el cielo serena,
de Moisés mística zarza;
vara de José florida,
puerta a tu Dios solo franca,
piel de Gedeón, panal
de Sansón, que enigmas guarda.
Justo en verdad fue que un Hijo
tan noble te preservara
de la mancilla común,
herencia de nuestra raza;
y que de culpa ninguna
consentir pudiera esclava
la que Él escogió por Madre,
y a quien Madre el mundo llama. Amén.

V. Yo habito en lo más alto.
R. Y mi trono está sentado en columna de nube.
V. Dígnate, Señora, de oír mis preces.
R. Y lleguen a Ti mis clamores.

ORACIÓN

Santa María, Reina de los cielos, Madre de nuestro Señor Jesucristo y Señora del mundo: Tú, que jamás abandonas ni desatiendes a quien te implora, mírame, te ruego, Señora, con ojos misericordiosos, y alcánzame de tu amado Hijo el perdón de todas mis culpas. Acoge benigna este humilde obsequio de alabanza que ahora tributo a tu santa e inmaculada Concepción, para que por intercesión tuya pueda yo alcanzar la bienaventuranza de mano del propio fruto de tu vientre, nuestro Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en Trinidad perfecta, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

V. Dígnate, Señora, de oír mis preces.
R. Y lleguen a Ti mis clamores.
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
V. Por la misericordia de Dios descansen en paz las almas de los fieles difuntos.
R. Amén.

A SEXTA

V. Dígnate, Señora, acudir en mi ayuda.
R. Con tu poder libérame del poder de mis enemigos.


V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Aleluya.

HIMNO

Salve, ¡oh Virgen!, de Dios Madre,
templo de la Trinidad;
Tú eres gozo de los ángeles,
Tú de pureza fanal,
consuelo de los que lloran,
jardín de deleite y paz,
palma de la mansedumbre,
cedro de la castidad;
Tú eres tierra bendecida,
herencia sacerdotal,
santa y libre de la culpa
que llora la humanidad;
Tú eres ciudad del Altísimo;
Tú eres la puerta oriental,
tesoro de toda gracia;
Tú eres la Virgen sin par. Amén.

V. Como el lirio entre espinas.
R. Así mi amiga entre las hijas de Adán.
V. Dígnate, Señora, de oír mis preces.
R. Y lleguen a Ti mis clamores.

ORACIÓN

Santa María, Reina de los cielos, Madre de nuestro Señor Jesucristo y Señora del mundo: Tú, que jamás abandonas ni desatiendes a quien te implora, mírame, te ruego, Señora, con ojos misericordiosos, y alcánzame de tu amado Hijo el perdón de todas mis culpas. Acoge benigna este humilde obsequio de alabanza que ahora tributo a tu santa e inmaculada Concepción, para que por intercesión tuya pueda yo alcanzar la bienaventuranza de mano del propio fruto de tu vientre, nuestro Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en Trinidad perfecta, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

V. Dígnate, Señora, de oír mis preces.
R. Y lleguen a Ti mis clamores.
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
V. Por la misericordia de Dios descansen en paz las almas de los fieles difuntos.
R. Amén.

A NONA

V. Dígnate, Señora, acudir en mi ayuda.
R. Con tu poder libérame del poder de mis enemigos.


V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Aleluya.

HIMNO

Salve, Alcázar de refugio,
Torre de David fortísima,
de almenas incontrastables
y de armas nunca vencidas.
Al ser concebida, ardiste
en caridad infinita;
tu planta holló del dragón
la soberbia y la malicia.
Tú eres la mujer fuerte,
Tú eres la Judith invicta;
pura Abisag, el David
verdadero en Ti se anima.
Raquel dio de sus entrañas
tutor a la gente egipcia;
pero Salvador al mundo
dio de las suyas María. Amén.

V. Tú eres hermosa, amiga mía.
R. Y nunca hubo en Ti mancha original.
V. Dígnate, Señora, de oír mis preces.
R. Y lleguen a Ti mis clamores.

ORACIÓN

Santa María, Reina de los cielos, Madre de nuestro Señor Jesucristo y Señora del mundo: Tú, que jamás abandonas ni desatiendes a quien te implora, mírame, te ruego, Señora, con ojos misericordiosos, y alcánzame de tu amado Hijo el perdón de todas mis culpas. Acoge benigna este humilde obsequio de alabanza que ahora tributo a tu santa e inmaculada Concepción, para que por intercesión tuya pueda yo alcanzar la bienaventuranza de mano del propio fruto de tu vientre, nuestro Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en Trinidad perfecta, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

V. Dígnate, Señora, de oír mis preces.
R. Y lleguen a Ti mis clamores.
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
V. Por la misericordia de Dios descansen en paz las almas de los fieles difuntos.
R. Amén.

A VÍSPERAS

V. Dígnate, Señora, acudir en mi ayuda.
R. Con tu poder libérame del poder de mis enemigos.


V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Aleluya.

HIMNO

Salve, cuadrante que en el sol
diez líneas retarda el curso;
el Verbo de Dios se encarna
para redimir al mundo.
Ya desde entonces, menor
apenas que el ángel puro,
subir puede el hombre al cielo
desde este valle profundo.
Brilla en los siglos María
con rayos de este Sol fúlgido,
y es su Concepción la aurora
de tan bello Sol preludio.
Lirio entre zarzas, que pisa
la frente al reptil inmundo;
Luna hermosa, que ilumina
desde la cuna al sepulcro.
Amén.

V. Yo hice despuntar en los cielos una luz inextinguible.
R. Y como niebla cubrí toda la tierra.
V. Dígnate, Señora, de oír mis preces.
R. Y lleguen a Ti mis clamores.

ORACIÓN

Santa María, Reina de los cielos, Madre de nuestro Señor Jesucristo y Señora del mundo: Tú, que jamás abandonas ni desatiendes a quien te implora, mírame, te ruego, Señora, con ojos misericordiosos, y alcánzame de tu amado Hijo el perdón de todas mis culpas. Acoge benigna este humilde obsequio de alabanza que ahora tributo a tu santa e inmaculada Concepción, para que por intercesión tuya pueda yo alcanzar la bienaventuranza de mano del propio fruto de tu vientre, nuestro Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en Trinidad perfecta, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

V. Dígnate, Señora, de oír mis preces.
R. Y lleguen a Ti mis clamores.
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
V. Por la misericordia de Dios descansen en paz las almas de los fieles difuntos.
R. Amén.

A COMPLETAS

V. Aplacado por tus preces, nos convierta, Señora, Jesucristo, Hijo tuyo.
R. Y aparte de nosotros su ira.
V. Dígnate, Señora, acudir en mi ayuda.
R. Con tu poder libérame del poder de mis enemigos.


V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Aleluya.

HIMNO

Salve, Virgen floreciente,
que de estrellas te coronas,
Virgen y Madre en un punto,
Reina de misericordia;
más que los ángeles pura
y sin mancha, con la hermosa
veste de oro, Tú a la diestra
reinas del Rey de la gloria;
dulce Madre de la gracia,
faro de los que zozobran,
fúlgida estrella del mar,
de náufragos salvadora;
puerta visible del cielo,
salud de enfermos; piadosa,
danos alcanzar ¡oh Madre!
de los Santos la corona. Amén.

V. Óleo derramado, María, es tu nombre.
R. Tus siervos te amaron sobre todo encarecimiento.
V. Dígnate, Señora, de oír mis preces.
R. Y lleguen a Ti mis clamores.

ORACIÓN

Santa María, Reina de los cielos, Madre de nuestro Señor Jesucristo y Señora del mundo: Tú, que jamás abandonas ni desatiendes a quien te implora, mírame, te ruego, Señora, con ojos misericordiosos, y alcánzame de tu amado Hijo el perdón de todas mis culpas. Acoge benigna este humilde obsequio de alabanza que ahora tributo a tu santa e inmaculada Concepción, para que por intercesión tuya pueda yo alcanzar la bienaventuranza de mano del propio fruto de tu vientre, nuestro Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en Trinidad perfecta, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

V. Dígnate, Señora, de oír mis preces.
R. Y lleguen a Ti mis clamores.
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
V. Por la misericordia de Dios descansen en paz las almas de los fieles difuntos.
R. Amén.

OFRECIMIENTO

Dulcísima María,
por Ti a Jesús ascienda
esta sencilla ofrenda
de nuestro pecho fiel.
Tú nuestros pasos guías,
con Dios intercesora,
ahora y en la hora
de nuestra muerte. Amén.

R. Demos gracias a Dios.

ORACIÓN JACULATORIA

Inmaculada fuiste en tu Concepción, ¡oh Virgen María! Ruega por nosotros al Padre, cuyo Hijo Jesús fue fruto de tu vientre, concebido por el Espíritu Santo.






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