Doña Tecla de Alvarado
pedía a Dios de continuo
que volviera a buen camino
a su esposo extraviado.
Murió muy pronto el marido
y ella exclamó con fervor:
-Bendito sea el Señor,
que me da más que le pido.
pedía a Dios de continuo
que volviera a buen camino
a su esposo extraviado.
Murió muy pronto el marido
y ella exclamó con fervor:
-Bendito sea el Señor,
que me da más que le pido.
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