miércoles, 18 de septiembre de 2024

MIÉRCOLES XXIV TIEMPO ORDINARIO B


EL AMOR NO PASA NUNCA


Hoy san Pablo nos dice que no nos conformemos con cualquier cosa, sino que busquemos lo mejor, el AMOR (Dios). Y es lo mismo que Jesús nos dice en el evangelio, que busquemos vivir mejor, amar más, ayudar más, sin importar lo que piensen los demás. Seamos buenos y confiemos siempre en Dios.


 

Lectura del santo evangelio según san Lucas 7, 31-35

En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¿A quién, pues, compararé los hombres de esta generación? ¿A quién son semejantes? Se asemejan a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros aquello de: “Hemos tocado la flauta y no habéis bailado, hemos entonado lamentaciones y no habéis llorado”. Porque vino Juan el Bautista, que ni come pan ni bebe vino, y decís: Tiene un demonio; vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: “Mirad qué hombre más comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”. Sin embargo, todos los hijos de la sabiduría le han dado la razón».



Señor Jesús, así es. También a nosotros nos pasa, y demasiado frecuentemente. No siempre somos capaces de ponernos en el lugar de los demás, no siempre empatizamos con nuestro prójimo, próximo o lejano, no siempre lloramos sus penas y nos alegramos con sus alegrías. Ayúdanos a sentir con los demás y a ser en medio de ellos buena noticia. Ayúdanos a no pasar página tan deprisa, a no ver ciertas imágenes por la tele y a los pocos segundos seguir como si no fuera con nosotros. 

Señor Jesús, reconocemos que nos cuesta dejar a un lado lo nuestro y lo de los nuestros para salir a lo de otros, para embarrarnos en terrenos desconocidos, para abajarnos a la realidad de los desheredados, para comprometernos con causas que no nos van a otorgar prestigio o reconocimiento, para luchar en batallas de las que no vamos a obtener más victoria que la dignidad de los otros. Ayúdanos a vivir desapropiados, de manera sobria, con esa austeridad que libera, desde el servir siempre más. 

Señor Jesús, queremos bailar con quien tiene algo que celebrar y llorar con quien siente el dolor de la enfermedad, del miedo, de la pérdida o de esta incertidumbre en casi todo. Ayúdanos a que aprendamos a hacernos cargo, carguemos y nos encarguemos de la realidad en la que otros viven o sobreviven. Convierte nuestro corazón. 

Así te lo pido. Así sea.




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