viernes, 13 de septiembre de 2024

VIERNES XXIII TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

 

Hoy san Lucas nos recuerda que tenemos que vivir coherentemente la fe, siendo ejemplo unos para los otros, sin creer que somos mejor que los demás. Porque nustra meta estará siempre en encontrar juntos el Reino de los Cielos, y como nor recuerda hoy san Pablo, tenemos que prepararnos aquí y ya para alcanzar la corona que no se marchita, pero siempre cuidando al prójimo. Seamos buenos y confiemos siempre en Dios, cuyas moradas son las que debemos desear.



Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 39-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano».




Señor Jesús, ¡Qué bien nos viene leer este evangelio esta mañana! ¡Qué baño de realidad! A nosotros que nos gusta ayudar, aconsejar y acompañar, nos viene bien que nos recuerdes que un ciego no puede guiar a otro, que tenemos camino por andar, que somos discípulos no maestros.

Señor Jesús, ¡Cuántas cegueras atesoramos! ¡Cuántos modos de hacer las cosas que tenemos tan interiorizados y que ya no nos damos cuenta de que no son lo que quieres de nosotros! Te pedimos que nos ayudes a mirarnos dentro, a dejarnos ransformar internamente por Ti. Te pedimos que nos hagas mujeres y hombres conscientes de nuestras cegueras y, a veces, de nuestro afán por hacer de Ti sin serlo. 

Señor Jesús, es verdad, hay mucho por hacer, ¡hay tantas cosas de los otros que nos gustaría cambiar! Necesitamos que nos capacítes para que antes de ir a los otros o de hablar de los otros seamos conscientes de lo que tenemos en casa, de lo que habita nuestro corazón y que abracemos nuestras cegueras con tu misericordia. Haznos aprendices en tu escuela. 

Así te lo pido. Así sea.






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