Hoy el Señor en el evangelio señala que sus palabras tienen una nueva manera de vivir a Dios. A partir de ahora será importante la letra y también la "música".
Es importante recordar lo que señala san Pablo: lo que hacemos siempre será Dios quien lo premie o castigue, nuestros juicios humanos debemos dejarlos a un lado, porque sólo Dios ve el interior.
Seamos buenos y confiemos en Dios.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 5, 33-39
En aquel tiempo, los fariseos y los escribas dijeron a Jesús: «Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber».
Jesús les dijo: «¿Acaso podéis hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, entonces ayunarán en aquellos días».
Les dijo también una parábola: «Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque, si lo hace, el nuevo se rompe y al viejo no le cuadra la pieza del nuevo.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos: porque, si lo hace, el vino nuevo reventará los odres y se derramará, y los odres se estropearán. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: “El añejo es mejor”».
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