martes, 22 de octubre de 2024

MARTES XXIX T.O. B - SAN JUAN PABLO II


Buenos días. Hoy las lecturas nos hablan de la alegría que significa vivir en Dios. Jesús, en el evangelio, habla de un banquete de bodas, y san Pablo nos ayuda a comprender que unidos a Cristo se han derribado las dificultades para llegar al Cielo. Ojalá seamos humildes servidores los unos de los otros para unirnos a Cristo y llegar a la Jerusalem celestial. Seamos buenos y confiemos siempre en Dios, que quiere nuestra salvación.





 

Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 35-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo. Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos».



“Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas” (Lc 12, 35-38)

Señor Jesús, tener ceñida la cintura es estar alerta, preparados para lo que el día nos depare, dispuestos a afrontar con esperanza lo que venga. Enciende nuestra luz y ayúdanos a mantenerla encendida.

Señor Jesús, tener ceñida la cintura significa estar disponibles para servir, para lavar los pies a los demás, para darlo todo en cada momento.Enciende nuestra luz y ayúdanos a mantenerla encendida.

Señor Jesús, tener las lámparas encendidas significa estar listos para emprender nuevos caminos, estar dispuestos a cambiar nuestros planes, estar atentos a las tinieblas que viven los demás, querer iluminar la vida de aquellos que tenemos en torno y a nuestro cargo. Enciende nuestra luz y ayúdanos a mantenerla encendida.

Por eso hoy, Señor Jesús, te doy gracias  por despertarme y avisarme: estaré con la cintura ceñida y la lampara encendida por si me necesitas, por si me necesitan, por si decides desacomodarme e interpelar mi rutina y mi modo de hacer las cosas. Cuida Tú de mí, necesito de tu Espíritu para poder ser luz.

Señor Jesús, aquí me tienes. Dispuesto, alegre, comprometido. Gracias por este nuevo día. No olvides iluminar el corazón de aquellos que mantienen en pie la guerra y los conflictos.

Así te lo pido. Así sea.
















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