Dios de Gracia, san Juan Capistrano fue encomendado por el Papa a unir a los reyes de Europa contra los turcos invasores que deseaban eliminar a la cristiandad. Tuvo éxito inspirándolos a poner su confianza en Ti. Aunque san Juan Capistrano tenía setenta años, corrió al frente de batalla y animó a los soldados levantando su crucifijo y gritando: «¡Victoria, Jesús, Victoria!» El enemigo corrió despavorido. Le pido que ore por mí cada vez que tengo oportunidad de animar a otros. ¡Dame palabras que inspiren la fe en el poder de la Cruz y muéstranos cómo lograr lo imposible! San Juan, ruega por nosotros. Amén.
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