Ha llegado la vejez con idea de destruirme, pero yo me he puesto firme y contra ella lucharé.
El pasado que se fue ya no volverá, y no conforme con eso se llevó mi juventud, dejándome sin salud, fea, vieja y con sobrepeso.
Pero creo que estoy sana, no soy persona achacosa, aunque un tobillo se me inflama. Tengo fatiga en el corazón y dolor en los huesos, pero a pesar de eso me siento como un cañón.
Yo pienso que estoy entera y lo voy a demostrar, aunque luego al caminar me moleste la cadera. Necesito un bastón para evitar un resbalón o en la calle algún tropiezo, paro a pesar de eso me siento como un cañón.
Si no quiero darme cuenta de que mi rostro está viejo, al pasar por un espejo trato de no mirarme, y aunque trato de no engañarme, mi cara es un acordeón, pero lucho por vivir y les quiero repetir que me siento como un cañón.
Problemas siempre van a existir, no importa la edad, pero con una actitud positiva y con la fe puesta en Dios la vida será siempre maravillosa.
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