Coro
¡Oh piadosa y amante Pastora!
de las almas dulcísimo amor,
oye el himno que canta, Señora,
los que te aman con santo fervor.
I
¡Tú eres, Madre, divino consuelo
del que lleva en el alma el pesar;
Tú le ofreces las dichas del cielo
al que siempre te sabe alabar.
II
Flores puras, lozanas y bellas,
su exquisita fragancia te dan;
y al redor de tu trono de estrellas
los querubes cantándote están.
III
A tu influjo, Pastora celeste,
para siempre de aquí se alejó
la horrorosa y mortífera peste
que este pueblo infeliz desoló.
IV
¡Dadnos, Virgen, la paz que anhelamos
y con ella la dicha eternal!,
¡Cómo siempre nosotros te amamos,
dulce madre de todo mortal!
de las almas dulcísimo amor,
oye el himno que canta, Señora,
los que te aman con santo fervor.
I
¡Tú eres, Madre, divino consuelo
del que lleva en el alma el pesar;
Tú le ofreces las dichas del cielo
al que siempre te sabe alabar.
II
Flores puras, lozanas y bellas,
su exquisita fragancia te dan;
y al redor de tu trono de estrellas
los querubes cantándote están.
III
A tu influjo, Pastora celeste,
para siempre de aquí se alejó
la horrorosa y mortífera peste
que este pueblo infeliz desoló.
IV
¡Dadnos, Virgen, la paz que anhelamos
y con ella la dicha eternal!,
¡Cómo siempre nosotros te amamos,
dulce madre de todo mortal!
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