María, llena eres de gracia, sé que estamos pasando en un valle árido donde imperan la injusticia, el rencor, el odio, la ira, la cólera, la envidia..., convierte en un oasis donde podamos avanzar con vigor siempre y contemplar a tu Hijo Jesús como el Señor del Universo, para que tu Hijo rompa ese yugo al que estamos sometidos por el maligno. Oye nuestra plegaria, oye nuestra súplica y no niegues los bienes a los que proceden con rectitud.
Madre de la misericordia, atiende esta solicitud y danos la salvación. Te lo pedimos en el nombre de tu Hijo Jesús. Amén.
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