Señor, te entrego esta nueva noche en la que voy a descansar. Gracias por permitirme llegar a ella a entregarte todo lo que soy y tengo.
Gracias por recibirme para sanar las heridas de este día, para ayudarme a levantarme de las caídas que he tenido y para animarme a no fallar en las distintas situaciones que debo realizar.
Gracias por hacerme sentir tu paz y tu serenidad en esta noche en la que no solo descanso, también me recupero para estar listo para el nuevo día que me darás.
Te confío, Dios mío, todos los planes que tengo y te suplico que me permitas la amplitud mental para comprender lo que tengo que hacer y la fuerza interior para no desfallecer ante los vientos en contra.
Soy tuyo y tengo la certeza de que siempre estaré bien porque estoy en tus manos; por eso dejo a un lado toda inquietud e inseguridad y me lleno de la serenidad de tu cuidado y de tu amor poderoso.
Te amo y confío en Ti. Amén.
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