Señor mío y Dios mío, al llegar este momento del día solo quiero darte mi corazón y pedirte que seas la luz de mi vida, que alumbres mi oscuridad, sobre todo esos momentos difíciles que son caminos oscuros y tenebrosos.
Hoy quiero creer que camino contigo y que no importa cuán oscuro o gris se ponga el panorama, yo estoy seguro de que saldré adelante y que venceré en esos momentos.
Gracias por este instante de encuentro contigo, por este momento en el que me llenas de fe, de esperanza para poder seguir viviendo sin importar lo que pueda pasar.
Te entrego mi sueño, mi fatiga, que pueda descansar y que me levante mañana con ganas de seguir dando lo mejor de mí, con el mejor de los ánimos, lleno de ganas de comerme el mundo y sacar adelante a los míos, que pueda vivir con ellos, crecer y aprender de sus vidas.
Te alabo y te bendigo por siempre. Amén.
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