Jesucristo se ha perdido, la Virgen lo anda buscando,
de huerto en huerto, de rosal en rosal.
Debajo de un rosal blanco un hortelanito está.
Hortelanito, por Dios, dime la pura verdad, si a Jesús de Nazaret
no lo has visto pasar antes del gallo cantar.
Una cruz lleva en sus hombros que lo hace arrodillar,
una corona de espinas que lo hace transpirar,
una soga en su garganta que de ella tirando va.
Caminemos, Virgen pura, para el Monte del Calvario,
que comprendo llegaremos, ya lo habrán crucificado.
Ya le clavaron sus pies, ya le clavaron sus manos,
ya le tiran la lanzada en su divino costado.
La preciosísima sangre que derramó está en el cáliz sagrado,
el hombre que la bebiera será bienaventurado,
será rey en este mundo y en el otro coronado,
será feliz en la vida y de una infección librado.
Quien la sabe y no la reza, quien la oye y no la aprende,
el día del Juicio sabrá lo que esta oración contiene.
Viernes, era viernes, viernes de la luz
donde está Jesús clavado en la cruz.
Vi venir a una mujer a siete leguas del Calvario,
dices a mujer cristiana ¿no me han visto pasar al hijo de mis entrañas?
Sí, señora, por aquí pasó tres horas antes del alba,
con una cruz muy pesada y una soga en su garganta.
El que esta oración rezare todos los viernes del año,
sacará un ánima de pena y a la suya del pecado. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario