Buenos días. Hoy las lecturas nos llevan a descubrir dos formas de servir a Dios: acción y contemplación. Marta es todo pasión para servir; María es contemplar las palabras del Señor para poder interiorizarlas. Y en san Pablo vemos el ejemplo de las dos realidades. Pablo tuvo que “caerse del caballo” para poder contemplar dónde estaba el verdadero Dios y así poder actuar llevando esa fe verdadera a todos los rincones del mundo. Seamos buenos y actuemos en la vida con los ojos del corazón puestos en Dios.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano». Respondiendo, le dijo el Señor: «Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».
Señor Jesús, ¡esta escena me es tan tan familiar! ¡Me siento tan identificado con esa Marta que quiere que todo esté preparado y atendido a la perfección y que no cae en la cuenta de que por hacer, sólo hacer y hacer mucho, se pierde lo mejor de estar junto al Señor! Y es que necesito más de Ti, necesito centrar mi atención, necesito tanto estar a solas contigo por largo tiempo sabiendo que me amas mucho más allá de lo que soy capaz de hacer.
Señor Jesús, qué bien nos hace que de vez en cuando nos recuerdes que se nos va la vida en un sinfín de cosas y preocupaciones que nos alejan de Ti, que nos hacen olvidar qué es lo verdaderamente importante y que sólo nos distraen.
Señor Jesús, aunque nos duela un poco, aunque nos incomode escuchar que debemos parar, contemplar y escucharte, haz que escojamos la parte mejor como María, haz que no nos dejemos atrapar por el activismo y por estar siempre ocupados. Haznos contemplativos en la acción.
Señor Jesús, danos la fe necesaria para servir sin olvidarte, para recordarte sin olvidar a los otros, para seguirte sin olvidar que lo más importante no es lo que hacemos sino lo que somos en tu nombre, lo que aprendemos cuando estamos a tu lado, cuando a tus pies escuchamos tu palabra para descubrir cuál es tu voluntad para con nosotros.
Señor Jesús, haznos Marta en María. Haznos servidores sencillos. Haznos más María para que no nos alejemos nunca de Ti.
Así te lo pido. Así sea.
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