A ti, que en medio del bullicio de la vida buscas espacios silenciosos para escuchar tu corazón.
A ti, que a pesar de la fiesta y de las risas tienes sensibilidad para oír a quien te necesita.
A ti, que rechazas la violencia y la injusticia y quieres un mundo unido, solidario y libre.
A ti, que sin saberlo buscas a Cristo en la calle, sabe que Él te necesita, te busca al tú buscarle.
A ti, que amas la paz sin pactar con rivalidades, que sueñas con quitar fronteras, curar enfermedades.
A ti te digo: Joven, sal a su encuentro que Él te llama a su campo y tú puedes ayudarle.
Escucha: Cristo pasa, es tu nombre el que pronuncia; no te cierres a su amor, que Él viene a salvarte.
A ti Él te pide tus manos, te pide tu tiempo, tus pies, tu voz, tu amor, te pide tu corazón grande.
A ti yo te pregunto: ¿Qué buscas, a qué esperas...? Coge tu barca y rema hacia adelante.
A ti Cristo te dice: Ven, sigue mis pasos. Ven, rompe tu miedo. Ven, más que a pedirte vengo a darte. Ven, sígueme.
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