Un caballo estaba amarrado y vino un demonio y lo soltó. El caballo se metió en la finca de unos campesinos y comenzó a comerse la siembra. El dueño de la finca tomó su rifle y mató al caballo. Entonces el dueño del caballo tomó su rifle y mató al dueño de la finca. La mujer del dueño de la finca mató al dueño del caballo. El hijo del dueño del caballo mató a la mujer. Los vecinos, enardecidos, mataron al muchacho y quemaron su casa.
Algunos le preguntaron al demonio: "¿Por que hiciste todo eso?". El demonio respondió: "Yo solo solté el caballo".
Moraleja: El diablo hace cosas simples porque sabe que la maldad está en nuestros corazones y solitos hacemos el resto. Por eso es bueno pensar antes de actuar, no sea que una cosa sin importancia cause mucho daño. NO SUELTES EL CABALLO.
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