domingo, 16 de junio de 2019

LA OSTRA Y LOS LITIGANTES (Nicolas Boileau-Despréaux)









Un día, dice un autor,
al párrafo no sé cuántos,
dos viajantes en ayunas
una ostra se encontraron;
y estando los dos por ella
en el camino lidiando,
pasó por él la justicia
con la balanza en la mano.  
Explican ambos la cosa
delante de ella gritando,
y cada uno con costas
quiere llevarse lo hallado.
Pero la justicia al punto
este litigio pesando,
pide la ostra, la abre,
y se la echa de un bocado.
Con esta bella sentencia,
la contienda terminando,
dice: Tomad una concha
que a cada uno os regalo;
pues de ajenas necedades
vivimos en un palacio.
señores, la ostra está buena,
tened paz: adiós que marcho.

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