Para ser buen cristiano hay que creer y practicar la doctrina cristiana. La doctrina cristiana es la que enseñó Jesucristo en sus tres años de vida pública y que luego predicaron los apóstoles por todo el mundo, cumpliendo el mandato de su Maestro. Es la misma doctrina que nos enseña nuestra Madre la Iglesia Católica.
Del valor y excelencia de esta doctrina nos daremos cuenta pensando que viene de Dios y que nos enseña el camino del cielo. El mismo Jesucristo dijo: "Quien observare mi doctrina no morirá eternamente".
La doctrina cristiana comprende tres partes principales. La primera parte trata de las verdades que debemos creer; la segunda, de los mandamientos que debemos cumplir, y la tercera de los medios que hemos de emplear para santificarnos, que son la oración y los sacramentos.
La doctrina cristiana está contenida en el Catecismo, precioso libro que todos los cristianos tenemos el deber de estudiar.
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