ha llegado ya el día de tu gloria,
ha pasado ya el tiempo de la prueba.
Lo tuyo, desde ahora, son las alas,
es el Señor quien hoy te las regala,
con ellas lograrás más altas metas.
Por algo eres ya "el ángel del consuelo"
y has dejado de ser la "monja coja".
mirando desde el cielo a nuestro suelo
y brillando de Dios cual paradoja.
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