jueves, 19 de enero de 2023

MEDITACIÓN JUEVES II TIEMPO ORDINARIO A (P. Damián Ramírez)


Lectura del santo evangelio según san Marcos 3,7-12

En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, Jerusalén, Idumea, Transjordania y cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios».  Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer. 


"Todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo (Mc 3,7-12)

Señor Jesús, imagino la escena y pienso: si estuvieras aquí, si visitaras hoy mi ciudad, si pasaras hoy por mi calle, también todos los que sufren de algo se te echarían encima para tocarte y quedar sanados. Cuando veo esos bebés que nacen ya enfermos, cuando pienso en las personas que viven largas temporadas en los hospitales, cuando recuerdo a los que viven como pueden su enfermedad, cuando sé del cáncer, de las enfermedades raras y de los muchos dolores y heridas que tantos sufren, no puedo dejar de pensar que harían lo que fuese por llegar a Ti. 

Señor Jesús, hazme sensible al dolor ajeno. Hazme sensible a mi propio dolor. Dame la capacidad necesaria para advertir el sufrimiento y la enfermedad que merman a los demás y que exigen de mí cuidados, escucha y mucha ternura. Que exige de mí llevarles a Ti. 

Señor Jesús, dame hoy un extra de atención, de sensibilidad y de cercanía. Inspira en mí las palabras y los gestos oportunos ante todos aquellos que necesitan motivos para seguir levantándose cada mañana y fuerzas para seguir acompañando sin molestar a los que necesitan vivir lo que sufren de la mejor manera posible. Hazme para todos ellos motivo de alegría y bálsamo que acaricia y bendice aquello que ahora duele, asusta y limita. 

Señor Jesús, que recuerde hoy en tu presencia eucarística a todos aquellos que necesitan ser curados. Que sea yo para ellos presencia y unción tuyas. 

Así te lo pido.  Así sea.

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