Concédeme, San Simeón, la paciencia suficiente para soportar las largas esperas, para adaptarme a los imprevistos, para tolerar lo que me da fastidio y para convivir con mis límites.
San Simeón, concédeme la paciencia necesaria para dialogar con quien es insensible, para preservar ante las frustraciones, para afrontar la adversidad y para creer en lo que es posible.
San Simeón, concédeme la paciencia indispensable para apreciar las cosas sencillas, para asumir el desafío de cada día, para poseer un corazón servicial y para confiar en tu providencia.
Señor Jesús, que se cumpla en mí tu promesa: Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario