sábado, 7 de enero de 2023

SAN LUCIANO DE ANTIOQUÍA


Luciano nació en Samosata de Siria, en una familia cristiana que le enseñó la fe y el amor a las letras. A los 12 años quedó huérfano y Luciano dejó sus bienes a los pobres y se unió al presbítero Macario, en Edesa. Este presbítero continuó formándolo en la fe y en la Sagrada Escritura. A una fecha incierta, pero cerca de los 15 años, fue ordenado presbítero.
La polémica rodea su figura por alguna tendencia subordinacionista en su teología trinitaria. El subordinacionismo planteaba que Cristo, aunque Dios en algún grado, tenía una realidad algo inferior y subordinada al Padre. Y el Espíritu Santo, lo mismo en cuanto a Cristo. Es una postura herética y en consonancia con el arrianismo, pero que él en realidad no compartió, sino que permaneció católico.

En la persecución de Maximiano, Luciano fue escondido por algunos de sus discípulos, pero un presbítero hereje delató su escondite y el santo fue arrestado y llevado a Nicomedia, donde fue sometido a la tortura del potro, dislocándole los huesos para que renunciase a Cristo. Al mismo tiempo le laceraban la espalda y los costados. Al ver que no se lograba nada con el tormento, lo arrojaron a una celda, colmado de dolores. Estuvo allí 14 días padeciendo hambre, aunque para tentarle le pusieron comida de la ofrecida a los dioses, que ni osó mirar. Al acercarse la solemne fiesta de la Epifanía del Señor manifestó a sus hermanos de cautiverio cuanto le gustaría celebrar y recibir la Eucaristía. Era difícil, pues ni siquiera podía ponerse en pie, ni había altar. Pero Luciano les dijo: "Mi pecho será la mesa, que creo que no será menos estimado de Dios que uno de material inanimado. Y vosotros seréis el templo santo, estando a mi alrededor". Y allí, sobre el pecho del mártir de Cristo, se celebró la Eucaristía, con los símbolos sagrados de pan y vino. Pronunciaron la acción de gracias y fueron fortificados con el Pan de los Ángeles.
El 7 de enero fueron los soldados enviados por Maximiano, para ver si todavía vivía y arrancarle una confesión de apostasía. Pero Luciano les dijo varias veces "yo soy cristiano", y murió dulcemente, en el año 312. El cuerpo fue arrojado al mar, pero 15 días después algunos discípulos suyos lo hallaron en la playa.


ORACIÓN: Haz, te lo rogamos, Dios omnipotente, por la intercesión del bienaventurado Luciano, tu mártir, cuyo natalicio al cielo celebramos, que seamos fortificados en el amor de tu santo Nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 

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