MEDITACIÓN MARTES I SEMANA TIEMPO ORDINARIO CICLO A (P. Damián Ramírez)

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1,21-28

En la ciudad de Cafarnaún, el sábado entra Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar:

«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».

Jesús lo increpó:

«¡Cállate y sal de él!».

El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos:

«¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen». 

Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea. 

Martes 10 de enero 2023

"¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno?" 

Eso me pregunto yo muchas veces, Señor Jesús, eso me pregunto yo. Qué tengo yo contigo, por qué sigo una y otra vez buscándote, por qué me atraes tanto sabiendo que quizás yo no sea digno de Ti, por qué tu Evangelio me cautiva tanto y al mismo tiempo me deja tantos días al borde del abismo, por qué mi debilidad y mi pecado son para Ti requisito especial para tu misericordia y tu ternura.

Qué tengo yo contigo, Señor Jesús. Y la verdad es que todo, todo lo mío me lleva a Ti y todo lo tuyo me lleva a lo más profundo de mí. Mi vida sin Ti ya no tiene sentido y el sentido de todo lo que vivo tiene algo que ver contigo, con tus palabras, con tus gestos y con tus acciones milagrosas. Gracias por estar en mi vida. Gracias porque soy porque Tú eres en mí. Gracias porque, aunque no lo sé todo, ni lo comprendo todo, ni lo tengo todo, ni todo lo alcanzo ni logro, sé que estás a mi lado y que Tú tienes que ver conmigo.

Señor Jesús, sé quién eres para mí. Aumenta mi fe, dame sentido y conocimiento para poder vivir tu santo y veraz mandamiento sin condiciones, sin excusas ni rebajas. Gracias por dejarme caminar tras tus huellas. Gracias por ser para mí autoridad y sentido, motivo y razón. Que siempre me pregunte qué tengo yo que ver contigo y Tú conmigo, y al responder siempre me quedes Tú. 

Así te lo pido. Así sea.