Señor Dios mío, que otorgaste por el ruego del glorioso san Antonio Abad, confesor tuyo, que las llagas y fuegos sean curados, los miembros y enfermos confortados, y libres de todo mal nuestros animales.
Humildemente te suplicamos, por sus merecimientos y ruegos, que de los infernales fuegos seamos librados y que enteros de alma y cuerpo seamos a Ti presentados.
Te lo rogamos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Rezar un Padre Nuestro y un Ave María, ofreciendo a san Antonio Abad lo que se le pide.
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