lunes, 18 de julio de 2022

MARTIRIO DE SANTA SINFOROSA Y SUS SIETE HIJOS


Sinforosa, esposa de san Getulio, se fue con sus hijos a una propiedad familiar en Tívoli, donde con sus hijos se escondió en un aljibe seco, donde sobrevivían mientras se preparaban todos para el martirio. Cuando parecía que se habían olvidado de Sinforosa, Adriano convocó unos festejos para la inauguración de un palacio que se había construido. Consultó a los oráculos y los sacerdotes de los dioses los "interpretaron" y dijeron al emperador: "los dioses quieren las vidas de la cristiana Sinforosa y sus hijos, que aún adoran a su dios día y noche. Ofréceles sus vidas y los dioses te concederán lo que quieras". Mandó Adriano a buscarles, fueron sacados de la cisterna y llevados a Roma. Fue conminada a sacrificar a los dioses, y como la santa mujer se negó, la golpearon y desnudaron, y así la colgaron de los cabellos frente al templo de Hércules, para humillarla. Situaron cerca de ella a sus hijos más pequeños, que lloraban, para que se arrepintiera de su constancia, pero por nada del mundo Sinforosa negó a Cristo.
Como veía Adriano que nada podía, mandó que le ataran una piedra al cuello y la tirasen al Tíber. En cuanto a los hijos, tampoco renegaron de Cristo por más que les hacían promesas de libertad y riquezas, o les amenazaban con crueles tormentos. Les tendieron en el potro, fueron descoyuntados, les desgarraron los costados y les aplicaron antorchas, pero no renegaban de la verdadera fe. Cuando vio Adriano que estaban confirmados absolutamente en la fe cristiana, mandó terminasen con ellos: Crescencio, Juliano y Nemesio fueron alanceados varias veces hasta morir, Primitivo y Justino fueron apuñalados, Estacteo fue descuartizado y el pequeño Eugenio fue cortado en dos. Todos alcanzaron la palma de la victoria en el año 125. 




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