Por la singular limpieza de corazón y alma con que viviste, enséñanos a huir de todo pecado.
Por la confianza que tuviste en Dios, enséñanos a aceptar siempre su voluntad.
Por tu dichosa muerte, alcánzanos la gracia de vivir y morir cristianamente amando la cruz hasta el final.
Aquí se hace la petición.
Oh Dios, que nos has dado en el glorioso mártir san Fermín un insigne defensor de la fe católica, concédenos la gracia de predicar el Evangelio como él hizo, llevando una vida intachable, humilde, de acuerdo con el mensaje de la fe y amor que anunciamos.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.San Fermín, ¡ruega por nosotros!
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