SANTOS NAZARIO Y CELSO, MÁRTIRES
Nazario y Celso eran santos cercanos a los apóstoles, del siglo I. Nazario era hijo de un pagano llamado Africano y de una cristiana llamada Perpetua, que había sido bautizada por san Pedro. Nazario fue bautizado por san Lino y dejó la casa paterna para predicar el Evangelio en Milán, Cimia y Génova, donde convirtió a una viuda que, ya cristiana, le dejó a su hijo Celso, a quien Nazario adoptó como hijo, para que le acompañara en la evangelización. Ya juntos predicaron en los Alpes del Delfinado, Embrun, Ginebra y Tréveris, donde fueron encarcelados. Se les puso en un barco sin velas, que se dirigió a Milán, donde fueron detenidos por el gobernador Anulino. En la cárcel, dijo Nazario a Celso: "Gran dicha es la nuestra de que el Salvador se digne hacernos la gracia de recibir hoy la corona del martirio", a lo que el niño respondió con una oración encendida: "Yo os doy las gracias, Salvador mío, porque siendo aun de tan poca edad, os dignáis a recibirme en vuestra gloria". Y respondió a Nazario: "Vamos a derramar nuestra sangre por Aquel a quien debemos nuestra salvación y nuestra vida". Y fueron decapitados. Los cristianos enterraron sus cuerpos en un huerto de un cristiano.
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