"La gente se apiñaba alrededor de Jesús…” (Lc 11,29-32)
Cerca, Señor Jesús, quisiera tenerte cerca. Cerca para mirarte a los ojos, frente a frente. Cerca para escuchar tus palabras sin traducciones ni interferencias. Cerca para sentir tu presencia que todo lo transforma y todo lo renueva.
Cerca, Señor Jesús, pero cerca no solo para pedirte cosas, ni para exigirte signos ni milagros. Cerca para conformar mi vida a la tuya, cerca para seguir tus huellas en primera persona, cerca para conocerte no de oídas, sino personalmente.
Cerca, Señor Jesús, quisiera estar entre ese grupo de hombres y mujeres que se apiñaba en torno tuyo para ser anunciados, para recuperar la esperanza, para tocar la VIDA y para ser enviado a la mies, que es mucha y extensa.
Cerca, Señor Jesús, estate cerca de mí hoy. Tan cerca que no tenga que pensarte porque ya estés a mi lado todo el tiempo. Alrededor tuyo creceré y alrededor de tu Palabra me organizaré.
Cerca, quiero estar cerca de Ti, Señor Jesús. Concédeme el don de tu presencia…
Así te lo pido. Así sea.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 29-32
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles:
«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».
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