miércoles, 26 de octubre de 2022

MEDITACIÓN MIÉRCOLES XXX TIEMPO ORDINARIO C (P. Damián Ramírez)


"Esforzaos en entrar por la puerta estrecha" (Lc 13, 22-30) 

Señor Jesús, me gustaría entrar por esa puerta estrecha de la que hoy me hablas. Me gustaría vivir la vida y todo en ella con sencillez, con esa humildad que lo hace todo más simple y más fácil. Me gustaría liberarme de todo lo que me sobra, de todo cuanto me impide caminar tras tus huellas, de todo lo que me hace inauténtico y superficial, vacío e insípido. 

Señor Jesús, hoy te confieso que quiero esforzarme en entrar por la puerta estrecha, por ser más cercano, por compartir más de mí, por ser menos egoísta, por ser más auténtico, por ser menos pedigüeño y más entregado. Hoy me gustaría cargar mis cruces y las de otros, hoy me gustaría caminar junto a otros y contar contigo para crecer y ser más como Tú quieres que sea. 

Señor Jesús, me cuesta abajarme, me cuesta negarme, me cuesta hacerme pequeño, me cuesta reconocer que solo no puedo, me cuesta saberme necesitado de tu misericordia y de tu perdón, me cuesta amar a quien no me ama y amar más a quien amo poco... pero a pesar de ello quiero intentar pasar por tu puerta estrecha, esa que me promete caminar contigo y en Ti saberme salvado. Haz que hoy viva tu Evangelio y sea de esos últimos que Tú haces primeros. 

Así te lo pido. Así sea.



Lectura del santo evangelio según san Lucas 13,22-30

En aquel tiempo, Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. Uno le preguntó:
«Señor, ¿son pocos los que se salvan?».
Él les dijo:
«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo:
“Señor, ábrenos”; pero él os dirá:
“No sé quiénes sois”.
Entonces comenzaréis a decir:
“Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”.
Pero él os dirá:
“No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».






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