Pide también a la Inmaculada Virgen María, de la que fuiste devoto fiel y entregado y proclamaste Patrona de todas tus obras, nos cuide y ampare con sus bondades y sea la que nos acreciente el amor a Dios y a los hombres.
San Francisco, imagen viva de Jesús, ora por nosotros; san Francisco, alma humilde, hombre alegre y paciente, amante de Dios y de todas las criaturas de la tierra, ruega sin cesar por nosotros que te necesitamos; san Francisco, patriarca de los pobres, no nos abandones; san Francisco, milagroso en el amor, aleja nuestros pesares; san Francisco, poderoso ante el Señor y la Virgen, ayúdanos.
Yo (di tu nombre) hoy, con mi esperanza puesta en ti y con el corazón lleno de confianza, quiero pedir tu ayuda en mis dificultades, tu consuelo en mi dolor y tu esfuerzo en mi desaliento. Tú, bendito santo que anduviste por caminos de humildad, tú que te entregaste a Dios tan generosamente, tú que creíste firmemente y obraste con perfecta sinceridad, intercede por mí para que todo me resulte más fácil.
Pon a mi alcance los medios que preciso para que pueda salir victorioso en este mal trance, que llegue a mí la sabiduría y la fuerza para que tome las decisiones correctas; en estos momentos preciso ser asistido con urgencia. Te ruego con todo mi ser no me dejes solo, pide por mis difíciles problemas y sufrimientos a Dios, consigue de Él este especial favor que solicito: (hacer ahora con gran fe la petición).
Dile que con su generosidad tenga a bien concedérmelo, pues Él puede mover montañas y puede hacer llegar los bienes y los favores por los caminos menos esperados, pues Él todo lo puede, Él todo lo alcanza.
Llena mi vida de tranquilidad y felicidad, mándame algo de tu caridad y bondad, haz que sepa ser mejor persona y no olvide tender una mano a quienes lo necesiten, que tu ejemplo sea quien guíe mis pasos y el amor que sentiste hacia Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo sea el que me acompañe en mis caminos. Por Jesucristo, nuestro hermano y Señor. Así sea.
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