"¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé?" (Lc 13,18-21)
Señor Jesús, para mí el Reino de Dios, tu Reino, es semejante a una sonrisa verdadera, a un abrazo esperado, a una mesa compartida, a una conversación entre buenos amigos, a un brindis colmado de buenos deseos y a un peregrino que gusta del camino.
Señor Jesús, para mí el Reino de Dios es comparable a las mujeres que esperan con esperanza el nacimiento del hijo que llevan en sus entrañas, es comparable a esa bendición recibida cuando más se necesita, es comparable a las personas comprometidas por la justicia, es semejante a los que deciden darlo todo por amor, semejante a una puesta de sol junto a quien bien sabes que te ama.
Señor Jesús, para mí tu Reino no es un lugar, sino una actitud, una promesa, un modo de vivir y de hacer las cosas. Para mí tu Reino es una oportunidad de ser feliz siendo bueno, de ser bueno haciendo el bien, de hacer el bien siendo feliz y haciendo felices a los demás.
Señor Jesús, hazme de tu Reino.
Así te lo pido. Así sea.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 18-21
En aquel tiempo, , decía Jesús:
«¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé?
Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas».
Y dijo de nuevo:
«¿A qué compararé el reino de Dios?
Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó».
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