lunes, 24 de octubre de 2022

MEDITACIÓN LUNES XXX TIEMPO ORDINARIO C (P. Damián Ramírez)


"Quedas libre de tu enfermedad" (Lc 13,10-17) 

Señor Jesús, sáname de mi enfermedad. Necesito quedar libre de mi enfermedad. Por eso, al inicio de esta semana, mi oración confiada te presenta algunas de mis enfermedades. Aquellas de las que soy consciente. Sana, además, aquellas de las que no soy consciente y que seguramente necesitan con urgencia tu gracia y tu sanación. 

Señor Jesús, necesito quedar libre de estas enfermedades:

- de mi egoísmo 

- de mi ceguera hacia los otros

- de mi falta de compromiso

- de mi resistencia a dejarme habitar por Ti

- de mi orar por puro interés

- de mi fe infantil y desencarnada

- de mi compromiso interesado

- de mi miedo a conocer tu voluntad

- de mi falta de autenticidad

- de mi utilizar a las personas 

- de mi falta de coherencia

- de mi poca desapropiación 

- de mi actitud pasiva

- de mis violencias

- de mis hipocresías

- de mi sordera interesada

- de mi bienestar excluyente

- de mi no querer darme

- de mi no saber vivir tu Palabra

Señor Jesús, que hoy me encuentre contigo y me digas, si así lo crees posible para mí, "quedas libre de tu enfermedad". Sé Tú mi mejor medicina. 

Así te lo pido. Así sea.




Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 10-17

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga. Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar de ningún modo.
Al verla, Jesús la llamó y le dijo:
«Mujer, quedas libre de tu enfermedad».
Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, se puso a decir a la gente:
«Hay seis días para trabajar; venid, pues, a que os curen en esos días y no en sábado».
Pero el Señor le respondió y dijo:
«Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre, y los lleva a abrevar?
Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?».
Al decir estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.






 

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