Oh Dios, que en tu paternal providencia has inspirado al beato Angélico expresar la paz y dulzura del paraíso, danos, por su intercesión, que podamos irradiarlas al corazón de los hombres con el ejemplo luminoso de la virtud. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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