viernes, 23 de agosto de 2019

DEMASIADO RICO

Una madre de familia preguntaba a Franklin por qué la posesión de demasiadas riquezas se convierte a menudo en una desgracia. Franklin cogió una manzana y se la dio a un niño que jugaba en la habitación. El niño apenas podía sujetarla en su manita. Franklin le ofreció otra que el niñito muy feliz cogió con la otra mano. Le presentó una tercera que no pudo recibir en sus manos a pesar de todos sus esfuerzos. Entonces, se puso a llorar muy fuerte.
Franklin dijo a la madre de familia: "Aquí tenemos a un hombrecito que tiene demasiada riqueza para poder disfrutar de ella. Con dos manzanas era feliz; no lo es con tres".

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