Señor, Dios nuestro, concédenos ser niños tuyos que reciben de Ti el espíritu y todo lo que necesitamos.
Tú nos fortaleces, no solamente de manera física sino también de manera espiritual en nuestro corazón, habilitándonos para enfrentar las incertidumbres de la vida terrenal y todo lo que todavía necesita cambiar en la sociedad humana.
Protégenos de ceder a nuestras debilidades. Que tu poder esté siempre con nosotros, que tengamos paciencia y esperanza, porque Tú estás trabajando para el bien y podemos esperarlo con expectación. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario