Mejor es un día en la casa de Dios
que mil años lejos de Él.
Prefiero un rincón en la casa de Dios
que todo el palacio de un rey,
que todo el palacio de un rey.
Ven conmigo a la casa de Dios,
celebraremos juntos su amor,
haremos fiesta en honor de aquel que nos amó,
estando aquí en la casa de Dios
alegraremos su corazón,
le brindaremos ofrendas de obediencia y amor
en la casa de Dios.
Arde mi alma, arde de amor,
por aquel que me dio la vida,
por eso le anhela mi corazón,
anhela de su compañía,
anhela de su compañía.
Ven conmigo a la casa de Dios...
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