Señor, sé que caminando contigo voy protegido contra todos esos problemas cotidianos que quieren habitar en mi corazón.
Es importante comprender tu Palabra con la inocencia de un niño que no se deja arrebatar su tranquilidad.
Ayúdame a ser como un niño, libre de angustias y de deseos de brillar. Ayúdame a hacerme pequeño con una esperanza alegre.
Líbrame de esos pensamientos angustiosos típicos de mi adultez que no me permiten vivir de forma sencilla.
Quiero descubrir esa pureza escondida en mi alma. Dame la gracia de tu presencia y de buscar en todo momento agradarte y vivir en la generosidad. Amén.
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